Lima es una ciudad caracterizada por la diversidad cultural, cimentada con los sueños, anhelos y el trabajo arduo de miles de migrantes de diferentes partes del país, que dibujaron y erigieron su futuro en esta ciudad que mira al mar.
En celebración de esta diversidad, se realizó el Primer Encuentro Interregional de Sabios y Sabias para intercambiar conocimientos y prácticas ancestrales, un espacio cerca de 40 personas adultas mayores de Áncash, Lima, Loreto y San Martín se juntaron para compartir, dialogar e intercambiar saberes para la crianza de la agrobiodiversidad, permitiendo a los participantes de las 4 regiones compartir momentos enriquecedores de aprendizaje mutuos.
Este encuentro tuvo lugar en la Casa cultural Arena y Esteras, el pasado 14 de febrero, en el marco del proyecto “Sabiduría de los Mayores: Educación Comunitaria para la conservación de la biodiversidad y la seguridad alimentaria”.
La jornada inició con una visita al huerto de la vecina Bertha Delgado, del grupo 24 de Villa El Salvador, quien recibió con gran calidez a las y los asistentes. Allí, intercambiaron conocimientos sobre las diversas especies de plantas que cultivan en sus huertos y chacras.
Al regresar, se realizó un círculo de diálogo, donde cada uno de los asistentes se presentaron, luego se dio un emotivo intercambio de productos junto con los abuelitos y abuelitas de Arena y Esteras, compartieron sus saberes en medicina natural, artesanía y manualidades.
Uno de los momentos más especiales fue el intercambio musical entre los Yachaq de Áncash y los jóvenes de Arena y Esteras, quienes forman parte de la Batucada. Juntos, exploraron el poder de la música como un lenguaje universal, conectándose a través de ritmos y melodías.
Al cierre de la mañana las y los adultos mayores pudieron espectar una presentación especial con danzas típicas y malabares que el elenco cultural de Arena y Esteras preparó para compartir con los participantes de las regiones andinas y amazónicas. La energía fue contagiosa, y pronto todos los sabios y sabias se unieron al baile, celebrando nuestra riqueza cultural con alegría.
Por la tarde, se cambio de escenario, ahora la playa Venecia de Villa El Salvador fue lugar donde llegaron las y los adultos mayores para hacer un ritual de ofrenda a la Qochamama, compartiendo con ella también de la diversidad de semillas que habían traído de sus comunidades, así como de agradecimiento a la naturaleza y a la vida por este encuentro.
Sin duda, fue un encuentro lleno de compartir aprendizajes y momentos de alegría, reafirmando el valor de nuestras raíces y las sabidurías ancestrales.
